En estos días me he reencontrado "casualmente" con el psicólogo jesuita, Ignacio Martín-Baró, español, nacionalizado Salvadoreño porque ahí vivió y desarrolló su quehacer profesional, académico, social y religioso... y ahí murió asesinado -junto a otros cinco sacerdotes jesuitas y dos mujeres- por los militares que querían callar sus constantes denuncias de violencia, injusticia y atropello a los derechos humanos que sufría el pueblo salvadoreño.
El próximo 16 de noviembre se cumplirán 20 años del asesinato y, desde mi limitado conocimiento, quisiera invitar a conocer más de este hombre y de su visión acerca de lo que debiera ser la labor del psicólogo en Latinoamérica, que al menos aquí en Chile, es bastante desconocido.
¿Por qué incluyo a Martín-Baró en un sitio de prácticas narrativas?
Mencionaré sólo algunas de las ideas que considero justifican su presencia en este espacio.
Me parece que uno de los pilares de las prácticas narrativas es rescatar y honrar el conocimiento, las tradiciones y experiencias locales... Martín-Baró es un psicólogo latinoamericano, orientado a trabajar desde este continente, para estos pueblos, para nosotros... En su artículo (1986) Hacia una Psicología de la Liberación, señala que uno de los presupuestos dominantes en psicología, más limitantes para el desarrollo de una Psicología latinoamericana es la ahistoricidad:
"Así, aceptamos la escala de necesidades de Maslow como una jerarquía universal asumimos que el Stanford-Binet apenas tiene que ser adaptado y tipificado para medir la inteligencia de nuestras poblaciones. Sin embargo, una concepción del ser humano que pone su universalidad en su historicidad, es decir, en ser una naturaleza histórica, acepta que tanto las necesidades como la inteligencia son en buena medida una construcción social..."
Entendía que la práctica no puede ser desconectada del contexto histórico y social de las personas, razón por la cual cuestionó el uso de teorías y modelos extranjeros, particularmente norteamericanos, en realidades que no tenían casi nada en común.
Cuestiona también el uso de estos modelos por su carácter discriminatorio y patologizante, donde su aplicación corresponde más bien a otra forma de dominación, que utiliza a la psicología como un dispositivo de control y sometimiento. Martín-Baró (1986):
"La visión homeostática nos lleva a recelar de todo lo que es cambio y desequilibrio, a valorar como malo todo aquello que representa ruptura, conflicto y crisis. Desde esta perspectiva, más o menos, implícita, resulta difícil que los desequilibrios inherentes a las luchas sociales no sean interpretados como trastornos personales (¿no hablamos de personas desequilibradas?) y los conflictos generados por el rechazo al ordenamiento social no sean considerados patológicos".
Por eso, su llamado es a desnaturalizar y deconstruir las categorías diseñadas para sostener un sistema y unas prácticas perpetuadoras del statu quo, y poder desarrollar una Psicología de la Liberación: crítica, situada, problematizadora de la realidad y formulada desde una práxis con las personas, colectivos y comunidades.
Como es esperable, su mirada se nutría y alimentaba a la vez, de otros "saberes" surgidos en este continente, como la Teología de la Liberación y la propuesta pedagógica de Paulo Freire, ambos promotores de la liberación de las personas de toda forma de opresión, sea social o personal.
La producción literaria de Martín-Baró es muy amplia, con esta brevísima presentación espero haber mostrado algunas de las convergencias que podemos encontrar entre los postulados de las Prácticas Narrativas y los de Martín-Baró, intuitivamente creo que a pesar del inmenso océano que separaba a Michael Withe y David Epston de Ignacio Martín-Baró, sus ideas y preocupaciones estaban bastante cerca...(¿el espíritu de los tiempos?)
Con esto, dejo lanzada la invitación a conocerlo y a discutir, compartir visiones, inquietudes e iniciativas que puedan enriquecer nuestro quehacer...
- Martín-Baró, I. (1986) Boletín de Psicología, UCA, nº 22,www.uca.edu.sv/deptos/psicolog/hacia.htm
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