Durante la vida nos toca enfrentar situaciones difíciles que muchas veces nos hacen sentir sin alternativas ni recursos para continuar. El taller del Árbol de la vida, es una experiencia que nos conecta con las raíces y nos conduce hacia el reconocimiento de nuestras cualidades, capacidades y valores los cuales nos permiten responder a estos eventos, a veces traumáticos y retomar el camino movilizados por nuestros propósitos, sueños y esperanzas.
Desarrollado por Ncazelo Ncube y David Denborough, el Árbol de la vida es un trabajo que se realiza con grupos de personas que han vivido experiencias de trauma. Originalmente fue un taller diseñado para grupos de niños afectados por VIH/SIDA, genocidios, guerras, etc. con el tiempo se ha ampliado al trabajo con padres, personas con diagnósticos mentales (psiquiátricos), adultos y adultos mayores de 65 años.
El Árbol de la vida está informado por la Educación Popular de Paulo Freire y la idea del "invento de la unidad en la diversidad" (Freire, P. 1994, p. 157).
Desde la metáfora narrativa, el taller otorga la oportunidad a las personas de hablar de sus vidas de una manera más densa y fortalecida. Además proporciona un contexto y escenario en que cada individuo identifica sus particularidades y desde ese lugar genera sentido de pertenencia al grupo, reconociendo y compartiendo saberes, habilidades e iniciativas.
Aborda el trauma indirectamente, lo cual evita la retraumatización de la persona.
Algunos de sus propósitos son incrementar el sentido de agencia personal; colaborar en la identificación de recursos y habilidades de los individuos; generar sentido de pertenencia a un grupo; recuperar el conocimiento y las iniciativas que las personas creen haber perdido tras su experiencia traumática.
El proceso del taller del Árbol de la vida se realiza en cuatro etapas: 1) El árbol de la vida; 2) El bosque de la vida; 3) Cuando llega la tormenta; 4) Certificados y celebración.
Las primeras dos etapas son para construir una segunda historia -relato alternativo y preferido-de la vida de las personas. Esta segunda narración está estructurada en función de sus recursos, habilidades, esperanzas y sueños.
La tercera etapa permite a las personas hablar e identificar sus dificultades y sufrimientos, pero también las respuestas, muchas veces invisibles, que han dado en esas situaciones.
La última etapa tiene como propósito asegurar que los participantes se vayan con el reconocimiento de los recursos, habilidades y vínculos con personas importantes en sus vidas.
- Denborough, D. (2008) Collective narrative practice. Responding to individuals, groups, and communities who have experienced trauma.
- Freire, P. (1994) Pedagogía de la esperanza: volviendo a vivir la pedagogía de los oprimidos. New York: Continuum.
1 comentarios:
Hola, participé en el taller en Oasis. Hoy concluí un taller del árbol de la vida con un grupo de siete mujeres en el bosque, tuvo buena acogida. Muchas gracias. Saludos.
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